El Old School Death Metal sigue teniendo el mismo encanto de cuando el género se hizo evidente, allá por 1989-1990. Obviamente, los álbumes grabados en aquella época son clásicos del Death Metal actual. Pero los clásicos no son para ser copiados, sino para ser vistos como estándares del género. Así que podemos decir que GRACELESS está aquí para continuar con las tradiciones del Death Metal, como escuchamos en "Shadowlands".
Su trabajo musical se basa principalmente en la visión cruda y brutal de la escuela sueca de Death Metal, utilizando tempos lentos (no como las bandas de Doom Death Metal), con una visión agresiva sin ningún rastro de modernidad. No, tocan en la forma de la Vieja Escuela, y además hace que su música sea algo que escuchamos una y otra vez en el pasado, está llena de energía y personalidad.
La calidad del sonido es una mezcla entre un conjunto moderno y el intento de tener las mismas melodías instrumentales crudas y agresivas de los años 90, cuando el sonido despiadado se asociaba con un sentimiento orgánico. Sí, el resultado es bueno al final, porque se entiende lo que toca la banda, pero con la presencia de ese sentimiento espontáneo del pasado.
Su álbum es muy bueno, con todas las canciones presentando momentos muy buenos. "Legions of the Fallen" con sus partes pegadizas y muy buenas voces, el impacto brutal de "Slashed and Served", el sentimiento Hardcore de "Heroin Filled Veins" (un buen trabajo de bajo y batería se presenta en esta canción), los excelentes tempos lentos de "Sumerian Flames" (que muestra finos arreglos de guitarra y cambios de tempo), y la dinámica entre las partes instrumentales con los gruñidos guturales en "Iron Tears" son pruebas de que son una banda con talento que puede hacer mucho más de lo que escuchamos en "Shadowlands".
Son buenos, y espero que el futuro haga de GRACELESS una banda mejor.
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